lunes, 12 de mayo de 2008

Cuando la amistad....

....es sólo un "recordar con mucho cariño", es posible que en realidad esa amistad a la que le apostatste no echó raíces y fue sólo un conjunto de buenos o malos momentos, que definitivamente formaron en ti lo que eres el día de hoy.

Hace un par de días, me econtré con los papás de una entrañable amiga, que por sus circunstancias personales y sus propios demonios, decidió desaparecer y perder el contacto con todo lo que tuviera qué ver con su pasado. Me pareció razonable.

Sin embargo mi coranzoncito me decía que no era justo, para mi por lo menos, considerando que ambas nos acompañamos en momentos muy difíciles de nuestras vidas adolescentes y críticas. Me dolió mucho el día que, después de una decena de llamadas sin éxito, su madre pos fin accedió a darme información:

-Mira Laurita, no está.
- ¡Qué caray, pero qué mala suerte tengo! ¿Llegará al rato?
- Nop. Mira Laurita, se fue de León.
- (!Ah chingá! pensé) ¿Cuándo, cómo, a dónde, de vacaciones?
- Pues no. Se fue hace ya tiempo, y pues, no te puedo decir a dónde, porque pidió que NADIE lo supiera..... blablablabla.... contenta..... blablablabla..... lo que le gusta.
- Ok. Pero ¿está bien?
- Uuuuyyyy sí. Muy bien, muy contenta.
- Bueno, qué gusto. Me la saludas.

La palabra en MAYÚSCULAS es el fondo del asunto: nadie. De verdad que no puedo explicar exactamente que fue lo que sentí. Fue una serie de sentimientos encontrados que nunca voy a saber a qué parte de mi cuerpo se fueron a esconder. Por lo pronto me acuerdo y lo siento entre un pulmón y el hígado.

No tengo mucho qué decir del efecto que la palabra "nadie" tuvo en mi aquel día, porque ciertamente, su propia mamá me llegó a llamar muy desconcertada, pidiéndome que acudiera en ayuda de su hija, mi amiga, cosa que me pareció bastante bien dadas las circunstancias que vivía en aquél entonces mi entonces amiga; información que agradecí a su mamá por la confianza y el hecho de saber que en realidad era la persona en la no sólo ella más confiaba, sino toda la familia, a la que sentía como mía, incluso a la pequeña Chiquita II.

Luego me fui enterando de las formas más absurdas que estaba aquí, prácticamente que nunca se fue. Sal en la llaga.

Y debo reconocer que si ella me hubiese dicho la necesidad que tenía de no ser molestada, yo hubiera accedido gustosa, siempre que supiera que ella estaba bien, porque a los amigos se les quiere y nos preocupan. Pero no fue así.

Cuendo por fin la vi, luego de mucho tiempo, me acompañó a un evento muy triste, estuvimos juntas como antaño, apoyándonos, y resulta que ya se iba, ahora sí, a otro lado. Estaba feliz, y yo me elegré por su alegría y porque la tenía de vuelta.

Pasó más tiempo, y de la misma forma absurda me enteré que iba a ser bendecida con la gracia de la maternidad que tanta ilusión le daba y tanto tormento constituyó cuando luchó contra un desorden alimenticio.

Me la encontré con sus hermanos un buen día, meses después, con panza y todo.

- Lauritaaaa! llámame, para que conozcas mi casa.
- Claro, también puedes anotar mi número y contestar mis correos....
- ¿Pues a cuál me escribes? Pero no, háblame.
- Al que me diste, al de siempre, al que me dijiste que siguiera escribiendo.
- Ah, pues ese ya lo cancelé desde hace años, blablablabla.... fwd....blablabla
- Sale, pues tu hermana tiene mi nextel, igual pudo llamar, como antes ¿no?

No sé que más le dije, pero no fue nada ameno el minuto.

Sobra decir que con los orgullosos abuelos iba la pequeña, igualita a ella. Me dio gusto y, por respeto a la amistad que un día tuvimos, no pregunté más.

-Qué gusto verlos señores.
- Ay Laurita, a nosotros también, siempre te recordamos con mucho cariño.

3 comentarios:

Jana Suro dijo...

ahora que releo esto, además de los errores de dedo por ahí, un punto más: es como si hubiera sido un muerto que regresa del más allá, es lo que le hubieran dicho a alguien que ya no está en este mundo. así son las cosas.

jess dijo...

amiga, Lord Byron decía que "La amistad es el amor, pero sin sus alas."... cuando dichas alas se cortan o no hay más viento para aletear... el amor fraternal termina hasta en tanto no se renueven las condiciones necesarias para iniciar nuevamente, so pena claro, de que las heridas en las alas impidan planear aún en buenos vientos.
Te considero una verdadera amiga, sincera, leal, objetiva, increíble.... siempre me encontrarás en mi blog ;)
Abrazos!!!

Jana Suro dijo...

Sí, Li, gracias, sé que en tu blog, y si me permites, en la vida. Sabes que es recíproco ¿no? Amigaza, todo el éxito.