martes, 24 de julio de 2007

Existir

El color gris del cielo me hizo recordar lejanos tiempos de mi vida, en los que no sé si era más o menos feliz. Pero tenía cierta conciencia de lo que era la seriedad de la vida, en aquel entonces no sé si más o menos fácil.

Cuando pasas el tiempo charlando con algún amigo que hace tiempo no veías y comienzas a sentir que pasan las horas y no acaban de ponerse al corriente de lo que ha sucedido, también vislumbras los cambios en ti mismo... y con suerte te das cuenta de que hay constantes en la vida o inconsistencias en el sistema.

Sucede entonces que mientras compartíamos varias amigas un agradable rato en una comida, y nos reíamos y vacilábamos, con la sana carrilla y el buen sentido de la palabra (esos que no existen), sin dejar fuera la crítica siempre constructiva, me sorprendí divertida con las caras de interrogación y el comentario fue: no hay que ver con tanta seriedad la vida, tan bonita que es... ¡caray! vaya que me sentí orgullosa de haber dicho eso, el hecho de pasar un rato ameno no quiere decir que te olvides de lo difícil que es vivir (imagínense).

Heidegger clasificó la existencia humana en auténtica e inauténtica: la existencia auténtica está en función de la angustia, de la conciencia de finitud de cada ser humano y de la tragedia de la existencia humana. El Dasein, un ser para la muerte. El único destino: la nada a través del único fin (la muerte). ¡Claro que nos vamos a morir! Pregúntenme a mi que no dejo la idea de la mortalidad de lado desde temprana edad y tengo unos padres que tuvieron que lidiar con su hijita constantemente preocupada, con temor a morirse, o a que se muriera alguien más... demasiado conciente para esa edad...

Comparto esta línea fundamental del existencialismo de Heidegger, y he descubierto que el hecho de saberme mortal y destinada a la nada, me hace más fuerte para existir y trascender antes de llegar a esa irremediable fatalidad. Estoy convencida de que la tragedia de la existencia es el origen de la belleza en muchos campos de la vida humana.

También es cierto que la mayoría de las personas comparten una existencia inauténtica, luchan por evadir la única certeza de nuestro género; antes me preguntaba porqué yo no me encontraba en esa masa, entregada a la trivialidad, a los placeres estéticos (y otros), alejada de esa tragedia... gracias al Hado que no es así.

Breve nota: nunca he sido depresiva, pero tengo una tendencia a la melancolía que me encanta y hoy se ha traducido en una existencia auténtica (según el filósofo a quien me he referido).

Concluí esa tarde la charla, con miradas de reproche sobre mi, por decir que no hay que tomar la vida con tanta seriedad los domingos en la tarde... hay que pasarlo bien y reir cuando se puede. Total, en algún momento dejaremos de hacerlo.

miércoles, 18 de julio de 2007

Hoy llueve...

Hace tiempo que no escribo, no sé exactamente si se debe a una inexplicable falta de tiempo, a mi incapaciad organizacional o a la simple flojera... estoy empezando a creer que este sitio es la forma perfecta para redactar dos o tres cosas, de compartir algunas otras y, de cierta manera, de charlar un poco...

Un amigo me convenció no sé cómo, de hacer esto y me parece un buen pretexto para escribir, sé que estarás pendiente de las publicaciones (o como se diga en este medio), ya sabes: eres mi termómetro literario...

Por lo pronto pensar en el trabajo hoy, no me inspira en lo mínimo. El día está deliciosamente nublado, fresco, apagadón, tal vez llueva más tarde. Lástima que el encierro laboral me impide refrescar mis ideas.

Recuerdo que hace tiempo éstos eran mis días favoritos, cuando tenía la posibilidad de escaparme a algún café con un buen libro, una cajetilla y la ventana más grande; otras veces me acompañaban una libreta mi pluma y una coca cola, que desde su inmutable estatismo parecían entender lo que pasaba por mi mente en los instantes más extraños de mi vida.

El caso es que al paso del tiempo, la responsabilidad ha generado cierto tipo de apatía respecto de la buena lectura, incluso del buen cine... un día me descubrí a mi misma ¡leyendo Cosmopolitan y viendo Alien vs. Depredador! Por favor..... luego llegué a la conclusión de que era sano escaparse un poco de las profundidades de la vida, olvidarte del trabajo, de los compromisos, de los problemas del mundo.... hoy ya no puedo seguir así.

He perdido tiempo contemplando la vanalidad del ser humano y me ha despreocupado de lo que es Ser, para dedicarme a Existir... cosa grave a los ojos de mis maestros!

Hoy ya no puedo seguir así. Retomo mi pequeña biblioteca personal, destino un tiempo al trabajo, otro a los amigos, otro al amor, otro a la familia, otro al estudio.... claro que se puede, todo es disciplina.

Disciplina, orden y compromiso con uno mismo. Espero salir pronto del agujero negro que me había tragado desde mi entrada a la universodad...

viernes, 13 de julio de 2007

Eros

Las palabras que fluyen de los labios torturando el oido,
las caricias que nacen en sus dedos y se pierden en la piel húmeda de deseo,
las visiones y los espasmos que suben a los pulmones
y las voces en los ojos que se pierden en el eco de las noches sin ti.